El hotel conectado a su entorno

Tenemos la necesidad de diversificar el negocio, creando espacios con lugares híbridos y cambiantes.

El hotel ya no es un espacio destinado únicamente al turista o al viajero de negocios, sino que toma mayor importancia como un ente participativo en su ciudad. Se replantea su funcionalidad, impulsado por un lado por la necesidad de diversificar el negocio y desarrollar estrategias de fortaleza ante crisis como la que hemos vivido. Por otro lado, se trata también de un cambio que explora los espacios como lugares híbridos y cambiantes, donde los hoteles asumirán nuevas funciones.

Drivers del cambio

De forma dramática el turismo se frenó en marzo de 2020. Esta parada tendrá consecuencias significativas y estructurales para la realidad de los hoteles. La primera de ellas es que los consumidores se cuestionan su modelo de desplazamiento. Un 67% afirma que se viajará en coche, prefiriendo este medio por un amplio margen y un 72% dice que es poco probable que vuele al extranjero, incluso cuando el bloqueo disminuya (Fuente: Kantar COVID-19 Barometer, agosto, 2020). El motivo no es únicamente la crisis sanitaria, sino también una conciencia medioambiental que ya estaba sacudiendo a los viajeros que cuestionan el coste sobre el entorno de los largos viajes en avión, pero también el impacto sobre la economía local que visitan. 

Durante la pandemia se ha acelerado también el valor de lo local como favorecedor del consumo a todos los niveles. En el turismo esto se ha traducido en el impulso del viaje de proximidad frente al internacional. El 58% de los viajeros escogerá destinos domésticos para su siguiente viaje. En el caso de España la cifra se eleva hasta el 68% (Fuente: The future of travel & tourism in the wake of covid-19. World Travel & Tourism Council, sep, 2020). Este fenómeno se ha visto favorecido por el cierre de las fronteras, pero poco a poco se convertirá también en una opción preferida por muchos viajeros en búsqueda de experiencias más auténticas, sostenibles y éticas.

«Los hoteles y restaurantes, tienen que convertirse en espacios vivos, estimulantes, inspiradores y originales en todos sus aspectos, que aporten versatilidad y múltiples usos para rentabilizarlos y que como objetivos logre experiencias especiales, únicas e inmersivas».
Jordi Bertran, 118 Studio.

La consecuencia

Los hoteles, que han perdido una parte esencial de su clientela internacional, están experimentando con modelos mixtos que les ayuden a diversificar su oferta. En un primer término esto pasa por abrir los espacios hoteleros a la población local. Los hoteles pasan de ser espacios exclusivos y cerrados que, en cierta manera, viven al margen de la ciudad, a convertirse en núcleos de socialización y buscan un nuevo papel como entidades culturales, sociales y económicas en su entorno. Esto supondrá replantear la función de los espacios dentro del hotel, para albergar nuevas actividades en las que convivan los clientes tradicionales con estos nuevos usuarios.

Las claves del diseño

In room restaurants

La oferta gastronómica debe adecuarse a los nuevos requisitos de aislamiento. Muchos hoteles ya ofrecen la posibilidad de convertir habitaciones en reservados para su propio restaurante o incluso en colaboración con chefs de la ciudad.

Nodo cultural

El papel del hotel como un polo para conectar con la cultura local es cada vez más relevante para un viajero que busca una experiencia auténtica. Para ello es fundamental que el hotel establezca lazos con el tejido social de su entorno. El arte, el diseño, las actividades económicas de la zona… son solo algunos de los nexos que están surgiendo.

Interacciones humanas

En una realidad en la que la improvisación ha desaparecido, ayudar a las personas a establecer relaciones sociales será un factor de diferenciación de los espacios. La humanización del hotel es una parte de esa búsqueda de convertirlo en un nexo de socialización.

Interiores conectados con el entorno

Aparece una nueva aproximación al diseño de interiores que apuesta por hoteles únicos y conectados con la cultura del diseño y los materiales de la zona. Un cambio radical frente a los modelos previos donde se buscaba recrear la misma experiencia independientemente de la ubicación del hotel.

Case studies

 
01
The Human Hotel es una plataforma donde encontrar alojamiento en casas de particulares con los que puedas tener cosas en común. El programa se categoriza en diferentes áreas de interés tanto para huéspedes como para anfitriones, fomentando así los ‘Meaningful meetings’ entre los dos para conversar y compartir intereses. Fotografía: Laura Final.

 
02
El chef Gracian de Souza, un chef gourmet de Goa y Portugal, lanzó el concepto Mesa, trabajando con diferentes compañías hoteleras para brindar una experiencia gastronómica privada con grupos pequeños en boutiques, residencias, villas y hoteles en Goa.
04
The Xinzhai Coffee Manor un hotel que aprovecha el poder de lo artesanal y crea una experiencia totalmente local, un complejo que sirve de homenaje a los granos de café arábica que se cultivan en la región, y alberga una sala de degustación, un estudio de procesamiento, un museo, un auditorio, una cafetería y una tienda, además de un hotel. La Oficina de Arquitectura Trace (TAO) reutilizó los edificios de ladrillo existentes en la década de 1980 para crear todo un monumento en la región.

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05
Richard Lee Massey y el Town Hall Hotel de East London, en colaboración con el ceramista Kana, se han unido para generar Apt, un concepto gastronómico que explora la posibilidad de tener un chef privado. Los clientes pueden elegir entre un listado de chefs locales, y probar la comida en uno de los apartamentos del hotel con la vajilla creada expresamente para la experiencia.

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03
El Hotel Dryce está a punto de abrir en lo que fue una fábrica de hielo seco en el distrito cultural de la ciudad de Fort Worth. Su objetivo es crear un centro social tanto para locales como para turistas. Además muestra el trabajo de artistas locales en sus salas.

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